Lilith en la Astrología - Diosa de la Noche y Mapa Astral

Conoce el origen mitológico de Lilith, su vínculo con las fases de la Luna y lo que representa Lilith en la Astrología y en la lectura del mapa astral.

En las civilizaciones antiguas, la mitología servía para alimentar el imaginario y para dar respuesta a los profundos misterios ocultos de la naturaleza. Tal como, en Oriente, yin está para yang, en Occidente, la Luna está para el Sol. En los mitos antiguos, Lilith era una divinidad asociada a la "oscuridad". En la Astrología, Lilith representa el punto más distante entre la Tierra y la Luna, simbolizando los sentimientos más escondidos y obscuros de nuestra personalidad.

En la antigua religión de Mesopotamia y Babilonia, Lilith era la "Doncella Formosa", dueña de una belleza legendaria que dio nacimiento a la Luna. Su nombre estaba asociado a un búho - símbolo de la sabiduría -, a la noche y a la Luna, siendo una traducción de "piar", o el grito del búho.

Más tarde, Lilith pasa a ser representada como un demonio en las leyendas islámicas y hebraicas, donde aparece como la primera mujer de Adán, creada al mismo tiempo y de la misma forma que este. Las leyendas hebraicas transformaron los encantos sensuales de la bella Lilith que pasó a ser descrita como un demonio femenino cuyo poderoso erotismo llevaba a los hombres a la locura. Lilith es, así, transformada en una hechicera malévola, con poderes atribuidos por las tinieblas.

El grupo de divinidades femeninas que pertenecen a la "oscuridad" son numerosas y representadas con diferentes nombres en culturas diversas como Kali (la Madre Naturaleza del Hinduismo), Skadi (de la mitología del Norte de Europa), Hécate y Circe (ambas de la mitología griega), Tlazolteotl (diosa de la lujuria y de los amores ilícitos de la mitología huasteca), Hathor (diosa de los cielos y madre simbólica de los faraones en la religión egipcia), Lilith, la famosa Medusa de la mitología griega y Némesis, la diosa griega de la venganza.

El Mito de la Diosa de la Noche

Todas las culturas y civilizaciones crearon sus mitos y divinidades. Cada una de ellas representa las fuerzas que permean el Universo y que mantienen todas las cosas en un equilibrio dinámico y preciso. Estas son fuerzas complementarias que representan opuestos y que, en conjunto, garantizan esa armonía. Es el caso del eje yin / yang en la Astrología China, o de la Luna y del Sol en la Astrología occidental.

El mundo natural está hecho de opuestos: la luz y la oscuridad, el día y la noche, el calor y el frio, lo femenino y lo masculino, lo húmedo y lo seco. Cada elemento en oposición al otro, cediendo a la vez uno frente al otro.

El Sol emite luz y calor, la Luna absorbe y refleja la luminosidad de este. Dominando la noche, se creía que los rayos fríos de la Luna tenían propiedades mágicas, proyectando su luz misteriosa sobre la Terra.

Nacimiento, Renacimiento y Fertilidad

La Luna también representaba la inseguridad. Mientras la forma del Sol es constante, la forma de la Luna es inconstante. Adquiere varias formas a lo largo del mes, siempre cambiando de configuración, creciendo y menguando, pasando de una hoja fina y plateada a un disco amarillo, regresando, una vez más, a la oscuridad. Representaba, por eso, el ciclo del nacimiento y renacimiento de toda la vida natural.

Pero, el poder de la Luna también era visible en el ciclo menstrual de la mujer, en la duración del embarazo, en la previsión de la fecha de nacimiento de los bebés, asociándose fuertemente al poder energético femenino,  a la capacidad de generar vida. A la fecundidad que domina el mundo natural y que renueva la vida.

Una Personalidad Multifacética

La Luna es metamorfosis, es cambio, movimiento y ciclo de vida. Sus disfraces son múltiples y reflejan tres fases principales de su ciclo:

Como Luna Nueva, el astro es representado como una doncella o virgen. Una divinidad joven, pura e inocente, con una sexualidad floreciente y un poder de seducción todavía precoz.

En la medida que la Luna alcanza su plenitud, se transforma en la Luna Llena, en el receptáculo de la vida, en la mujer fértil, que tiene la virtud de generar una nueva vida dentro de su vientre fecundado.

En su última fase, mientras mengua y vuelve a la oscuridad, es retratada como una bruja o una vieja fea y deforme, la hechicera maestra en artes mágicas y en disfraces que tiene poderes curativos, tales para transformar lo que pasa por sus manos.

Lilith en la Astrología

Para la Astrología, Lilith (la Luna Negra o la Diosa de la Noche) representa el apogeo de la Luna, o sea, el punto más distante entre la Tierra y la Luna. Lilith no es considerada un cuerpo celeste, sino un punto imaginario en el cielo que marca el lugar más distante entre nuestro planeta y la Luna. 

En la Astrología occidental, la Luna es representada como uno de los planetas que forman parte de su sistema astral y, en términos energéticos, representa nuestra naturaleza femenina. La Luna es el planeta de los sentimientos y de las emociones. En la Astrología Lilith representa el modo como lidiamos con nuestras emociones más ocultas, aquellas que, muchas veces, desconocemos y tenemos dificultad para identificar.

En la Astrología, la Luna se relaciona con el Elemento Agua y con el temperamento Flemático (personalidad sensible y reservada, con una fuerte motivación emocional). Rige el signo Cáncer.

Así, en la Astrología, Lilith muestra, en el mapa astral de cada uno de nosotros, dónde están escondidos nuestros deseos más íntimos y los medios que tenemos para expresarlos. Se trata de nuestros instintos más profundos, de la verdad que no confesamos, de las motivaciones que tenemos, a veces, dificultad en reconocer y nombrar.

En el mapa astrológico, Lilith representa los impulsos primitivos y el comportamiento más instintivo de la persona. Revela nuestra sexualidad reprimida, todo aquello que nos hace sentir más vulnerables. Expresa el lado oscuro de nuestra personalidad que permanece enterrado en nuestro subconsciente.

La misión de Lilith de esparcir su verdad y su mensaje puede ser interpretada como la necesidad de conocer profundamente nuestra verdadera naturaleza y de aceptarla. Solo así podemos cambiar lo que no nos agrada en nuestra forma de ser y abandonar las creencias que limitan la expresión de todo nuestro potencial. Solo así puede haber lugar para el crecimiento personal y la transformación espiritual

Las tres fases de la Luna representan los ciclos naturales, fundiendo el consciente, subconsciente y los procesos de inconsciencia de la mente humana - nuestras caras espirituales, materiales y emocionales. La Luna se transforma en el arquetipo de la creación, de la feminidad y de la psiquis femenina. En la Astrología, la posición de Lilith es usada para comprender la faceta más sombría de la personalidad, pero también, el poder de creación y renacimiento, y los aspectos que iluminan las diversas áreas de la vida